¡Los trastornos mentales más raros que existen! O sea, ¿neto que esto pasa?
En el maravilloso mundo de la mente humana, hay trastornos tan peculiares que hasta parecen salidos de un capítulo de "La Rosa de Guadalupe" pero más raros que un taco sin salsa. Aquí te traemos los trastornos mentales más locos que ni tus tías en la reunión familiar podrían inventar.
1. Síndrome de Cotard: ¡Se murió, pero se le olvidó!
Este sí que está de miedo, y no porque te encuentres con un zombi, sino porque la persona que lo padece cree que ya está muerta o, al menos, que le faltan algunas partes del cuerpo. "Oye, ¿y tu riñón?" - "Ah, lo dejé en la otra vida". Básicamente, caminan por la vida como si ya estuvieran en la fila del inframundo... ¡pero bien vivos, eh!
2. Síndrome de Capgras: ¡Tú no eres tú!
Este está ideal para cuando no quieres ir a la cena familiar. Resulta que las personas con este trastorno piensan que alguien cercano, como tu mamá o tu mejor amigo, ha sido reemplazado por un impostor. “Tú no eres mi mamá, tú eres una doble que no me da permiso de salir”. O sea, perfecto para zafarte de los problemas: "Yo no fui, fue mi doble".
3. Licantropía clínica: ¡Aúlla en luna llena, pero sin tanto drama!
¿Te acuerdas del drama adolescente de Crepúsculo? Pues esto es peor. La licantropía clínica hace que la persona se crea un lobo (o cualquier otro animal peludo). Aúllan, gruñen y quién sabe si también marcan su territorio. ¡Así que cuidado si te cruzas con uno después de las 12 de la noche!
4. Tricotilomanía: ¡Me arrancas el pelo... y me lo arranco yo!
No, no es que tu ex te haga perder la cabeza. Este trastorno lleva a la persona a arrancarse su propio cabello. Un mal día y pum, se jalan el pelo como si fuera parte de su rutina de belleza. Lo bueno es que ahorran en peluquerías, lo malo es que el estilo "calvicie por estrés" nunca está de moda.
5. Síndrome de la mano alienígena: ¡Esa mano tiene vida propia!
Imagínate que tu mano empieza a moverse como si fuera independiente, sin que tú le des permiso. Esto no es una peli de ciencia ficción, aunque lo parece. Las personas con este trastorno sienten que una de sus manos tiene vida propia, como si estuviera poseída por el espíritu de una chancla vengadora.
6. Síndrome de París: ¡La decepción en su máximo esplendor!
Este está dedicado a todos los que soñaban con ver la Torre Eiffel y tomar croissants con glamour. Resulta que algunos turistas japoneses (porque a los japoneses les pasa más seguido) llegan a París y ¡sorpresa! La ciudad no es tan perfecta como en las fotos. Entran en crisis y hasta creen que los parisinos son groseros (¿será?). Ya lo sabes, no todo lo que brilla es la Mona Lisa.
7. Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas: ¡Todo chiquito o gigante!
A este no le falta el conejo blanco ni el sombrero loco. Las personas que lo padecen perciben el tamaño de las cosas de manera distorsionada. O sea, tu teléfono de repente se ve como una caguama o tu plato de tacos parece más pequeño que un alfiler. La buena noticia es que te sale barato comer con ese trastorno. La mala noticia: es difícil agarrar la caguama imaginaria.
8. Síndrome de Diógenes: ¡Atáscate que hay lodo!
¿Conoces a alguien que acumula cosas como si fuera a sobrevivir a un apocalipsis zombie? Bueno, pues el síndrome de Diógenes lleva esto al siguiente nivel. Las personas con este trastorno acumulan cosas, pero cosas de todo tipo. Revistas viejas, latas vacías, ropa rota, ¡hasta lo que encuentren en la calle! Básicamente, su casa parece un episodio de esos programas donde rescatan casas llenas de mugrero. ¿La razón? Sienten que todo tiene un valor y no pueden deshacerse de nada. En resumen: el peor enemigo de la Marie Kondo.
9. Síndrome de Jerusalén: ¡Alucina en Tierra Santa!
Este trastorno les da a algunos turistas (principalmente religiosos) cuando visitan Jerusalén y, de repente, se creen figuras bíblicas. ¿Te imaginas llegar y ver a alguien vestido con túnica, hablando como si fuera el mismísimo Moisés? Pues sí, esto sucede. La gente con este síndrome experimenta delirios y cree que ha sido elegida para llevar a cabo una misión divina. Deberían vender un combo de túnica y staff en las tiendas de souvenirs, ¿no?
10. Pica: ¡¿Eso te comes?!
Este trastorno afecta a personas que tienen antojos de cosas no comestibles. No estamos hablando de las típicas cosas raras como chicharrones con helado, sino cosas como tierra, papel, tiza, ¡y hasta metal! Imagínate echarle salsa Valentina a una cubeta de arena y llamarlo "snack". Para estas personas, cualquier cosa se puede convertir en comida... lo que no se puede garantizar es que lo digieran.
Y ahí lo tienen, banda. La mente humana es más compleja que cualquier telenovela mexicana, y aunque estos trastornos suenan bastante extraños (y hasta chistosos), lo cierto es que son muy reales. Así que, la próxima vez que te sientas raro, ¡no te preocupes! Podría ser peor... ¡podrías creer que te falta un riñón!